Desde que era una niña, Melinda Gordon ha podido ver y hablar con personas muertas: espíritus atados a la tierra que aún no han cruzado al otro lado y que buscan su ayuda para comunicarse y resolver asuntos pendientes con los vivos. A veces, Melinda tiene dificultades para aceptar su "don", especialmente ahora que es una recién casada y espera con ansias comenzar su nueva vida con su esposo, Jim Clancy, un paramédico. Su amiga y socia en la tienda de antigüedades, Andrea Moreno, está fascinada por el talento de Melinda. Aunque Melinda abraza sus "habilidades" únicas como una bendición y a veces una maldición, siempre ayuda a sus clientes, vivos o muertos, a encontrar un cierre emocional.