Retomamos la historia cuando Sam espera ansiosamente la liberación de Bert de una prisión de máxima seguridad por motivos de indulto humanitario. Frágil y enfrentando sus últimos días tras un diagnóstico de cáncer, la mentalidad de Bert sigue siendo la de siempre: asumir riesgos y vivir la vida al límite. Ambientada en la pintoresca región montañosa del sur de España, desde el principio es evidente que Sam y Bert tienen asuntos pendientes de índole delictiva. Atrapadas en un patrón de amistad férrea junto con una profunda desconfianza que se remonta a muchos años atrás, Bert aparentemente no tiene a nadie más a quien recurrir en las últimas semanas de su vida. Y sentimos que este no será un camino fácil para Sam, quien claramente está enterrando sentimientos de culpa y un pasado que preferiría que permaneciera olvidado. Pinchada por esos sentimientos, acepta a regañadientes darle una cama a su amiga enferma en la idílica finca que llama hogar. A pesar de intentar mantener a Bert a distancia, se ve inmediatamente arrastrada de nuevo a su compleja y adictiva relación. Con el pretexto de un último atraco de arte multimillonario, Bert intenta sacar a Sam de su retiro, ¿pero a qué costo? ¿Podrá Sam mantenerse un paso por delante de su antigua amiga, claramente capaz de traición? ¿O el tira y afloja de su tóxica amistad las llevará a ambas a la ruina antes de que puedan lograr el trabajo y escapar la una de la otra para siempre?