Keiichi esperaba con ansias la vida universitaria. Pero en realidad, no tuvo suerte en los clubes, el amor y la vida en general. La verdad es que tenía una estrella de la mala suerte sobre su cabeza. Un día, Keiichi se quedó a cargo del dormitorio mientras su senpai se iba, y además le habían dejado una montaña de tareas por hacer. Keiichi era una persona de buen corazón y se puso a cumplir con sus deberes. Su última tarea era hacer una llamada telefónica. La respuesta que obtuvo de su número equivocado fue: "Agencia de Asistencia de Diosas". De la nada aparece Belldandy, una Diosa con su propia tarjeta de presentación, y le ofrece un deseo para cambiar su vida. UN deseo. Pensando que todo era una broma, su deseo se convierte en: "Quiero que una Diosa como tú se quede conmigo para siempre". Su deseo concedido da inicio a su nueva vida.